Long Yunsheng, un hombre del sur de China, tiene como parte importante de su dieta, algo bastante particular, ya que come clavos de fierro de entre tres y cinco centímetros, todos los días… Este hábito lo adquirió a los 17 años vio a un hombre comerse un clavo y desde entonces aprendió el truco para no herirse el estómago, por lo que además es capaz de tragar cristal, cerámica y azulejos… y según parece, su salud se encuentra en perfecto estado.