Casarse engorda. Esa es la conclusión que se llegó en la Universidad de Queensland, en Australia, después de estudiar a hombres y mujeres que habían encontrado su media naranja.
El estudio arrojó el siguiente resultado: después de tres años de llevar una relación estable, las mujeres engordan en promedio unos 10 kilos, mientras que los hombres suman unos 7.5 kilos en las mismas circunstancias.
Según explican los científicos que llevaron a cabo el estudio; “La tendencia a aumentar de peso no se observa tanto en el noviazgo, sino en la convivencia. En el período en que cada uno sigue desarrollando su vida personal y sólo comparten períodos en la semana, los hábitos alimenticios y de actividad física no se modifican sustancialmente. Pero cuando se pasa a la convivencia, las salidas personales con amigos y los deportes se van espaciando y se comparten las comidas, las sobremesas, los “gustitos” placenteros de cada uno de los miembros de la pareja, que se suman. Esto da lugar en general a un aumento de peso que oscila entre los 6 y los 10 kilos promedio en los 3 primeros años de vivir juntos”.
Una de las soluciones para evitar el incremento del peso… sería no casarse, aunque para algunos no sea opción, después de cierta etapa de la vida, por ende quedan dos opciones: resignarse a una talla mayor, o hacer una dieta hipocalórica en pareja.
“Muchos pacientes han tratado de bajar peso en forma individual y luego con su pareja, y en estos últimos casos el descenso de ambos ha sido un 30 a 50 % mayor que cuando lo hacían individualmente”, destacó uno de los médicos responsables del estudio.
