Usó el sofá para leer libros, trabajar en su computador, y hasta su perro se sentaba siempre en él… y de repente un día la boa salió de debajo de los cojines. Según Holly, ella y su novio siempre limpiaron el sillón, pero nunca vieron nada. Quizá fue el frío y/o la falta de comida lo que hizo que la serpiente saliera, aunque nunca fue demasiado amenazante, más bien parecía dormida, de hecho murió antes de que Wright pudiera llamar a alguien que la recogiera y se encargara de su cuidado.
Según la prensa, ella enterró la serpiente debajo de un árbol y puso el sofá de nuevo en la calle, eso sí con un gran letrero que decía “No recojer”.