Se la cantaron clarita: O se hace una doble masectomía o corre el riesgo de ser víctima de coágulos sanguíneos e infecciones que podrían causarle la muerte…
Los implantes de Elizabeth, que asegura estar muy asustada, son de polipropileno, que hace que los senos se expandan de manera continuada en el tiempo, por lo que desde 1999 no le han parado de crecer. La vida de la actriz, desde entonces, no es fácil ya que tareas tan simples como vestirse son un tormento para ella. Su médico, Alexander Sinclair, asegura que nunca ha visto un caso como el suyo y dice que el futuro de la actriz es «incierto» y su única salida es la doble masectomía.
Ahora ella tendrá que decidir.