La ama de Holly estaba tratando de encontrar una manera de conseguir que su mascota realizara alguna actividad física y al verla que no se molestaba demasiado cuando ella lo bañaba, pensó: “Me pregunté que pasaría si la ponía en la piscina”…“Más que nada fue un experimento“.
Ahora va a la piscina casi cada dos semanas y el resto del tiempo, ella disfruta viendo tele y moviéndose lo menos posible. Su dueña espera que baje unos 3 kilos para llegar a un peso más saludable… Así que aprendéndale RadioActivos!! Por un verano sin polera, hay que moverse!!