El primer experimento se basó en la convencionalidad. A los voluntarios del estudio, se les dio a elegir entre un producto nuevo y uno ya establecido. Los que estaban en una habitación desordenada eligieron la novedad, mientras que los otros prefirieron el conocido.
Después se les pidió llenar un cuestionario y después de completarlo se les dio la oportunidad de donar a una causa solidaria y además elegir entre un sanguchito, un chocolate o manzana ¿Los resultados? Los que estaban en la ordenada decían que si a la donar y en mayor cantidad y en cuanto a la comida eligieron la manzana por encima de la barra de chocolate.
Pero momento!!, que aún el lado del desorden tiene cosas que decir. La siguiente prueba consistió en dar a los participantes la oportunidad de sugerir nuevos usos de pelotas de ping pong, y aunque en general, los participantes de la pieza desordenada generaron la misma cantidad de ideas para nuevos usos que los de la sala limpia, sus ideas fueron calificadas como más interesante y creativas al ser evaluadas por jueces imparciales.
Y como conclusión, la cosa sería más menos así: El orden promoverá en ti la alimentación saludable, la generosidad y la convencionalidad. Pero el desorden te ayudará a pensar de manera más creativa y estimular nuevas ideas.
Así que tú eliges qué prefieres o qué necesitas, siempre y cuando no se te escape de las manos ¿cierto?