Esta sería consecuencia de una caída del niño en la playa, tras lo cual se raspó su rodilla contra una piedra, pero se pensó que algo nada grave y se le hicieron las curas mínimas a la pequeña herida y ya está. Sin embargo, con el paso de los días, la rodilla del niño se hinchó y se infectó cada vez más por lo que acudieron al médico, que les recetó unos antibióticos. Pero éstos no hicieron efecto: la rodilla seguía hinchada y lo que es peor, con un bulto negro dentro que no sabían muy bien lo que podía ser, por lo que los padres decidieron drenar ellos mismos la herida y sorpresa: Salió un minúsculo un caracol marino que colocaron en agua y sobrevivió, y que ahora se ha convertido en la mascota de la familia. Parece que cuando Paul se cayó, se le pudo meter dentro de la herida un huevo de esta especie y y logró desarrollarse.
Curioso no?