El método para llegar a estas conclusiones, consistió en que el sicólogo australiano hizo que voluntarios vieran películas y recordaran pasajes positivos o negativos de su vida, lo que buscaban que quienes sirvieron de conejillos de India, llegaran a estados de ánimo, que iba del mejor y al peor de éstos. Luego, les pidió juzgar la veracidad de mitos urbanos y el relato de testigos presenciales de algunos hechos. ¿Y a que resultados llegó? Las enojones tuvieron menos errores al momento de identificar cuáles historias eran verdaderas. Así no más.
Otros estudios del mismo sicólogo, han arrojado conclusiones similares sobre el clima: los días fríos, húmedos y oscuros (esos que les decimos depresivos, o que no animan a nadie) mejoran la memoria; mientras que los soleados y claros fomentan los olvidos.