Esto sucedió así: El enfermo se dio cuenta de que el conductor no se sentía muy bien y estaba sientiendo mucho dolor, así que decidió reemplazarlo al volante y llevar el vehículo a un hospital de Lens, la localidad más cercana. Christian Nayet, de 60 años, y que sufre un cáncer en estado avanzado, notó que el conductor estaba a punto de sufrir una crisis cardiaca, y le dijo: «Confía en mí y dame las llaves de la ambulancia. ¡Mi vida no corre peligro pero la tuya sí! Vamos a ir rápido. Mi escáner puede esperar. En diez minutos llegamos».
Nayet no encontró el botón de la sirena, como para hacerse notar, pero el conductor en medio de su crisis, sacaba el brazo por la ventanilla y encendió las luces para avisar a los demás conductores que lo dejaran pasar, haciendo que la ambulancia llegara al lugar exacto de urgencias y el infarto pudo ser tratado a tiempo.
Previamente, Christian Nayet le inyectó al conductor un anticoagulante que llevaba con él, y así ayudó a la circulación sanguínea del enfermo.
Literalmente, Sólo se vive una vez!!