Es eso lo que le pasó a un hombre de Nueva Delhi, quién al no tener nada más que apostar, entregó su propia mujer como moneda de cambio.
La víctima en cuestión, quién no tenía idea de la apuesta, sufrió las consecuencias 10 días después de la partida, ya que quienes se adjudicaron «el premio» fueron a buscarla.
Afortunadamente la mujer pudo escapar y realizar la denuncia. En ella, además agregó que hace años sufría los maltratos de su marido.